Declaración de principios: cómo crear soluciones centradas en los sobrevivientes
La Red Global de Sobrevivientes es un grupo internacional de líderes sobrevivientes que desean y están en la búsqueda de comunidades seguras a través de sistemas de justicia que protejan a los más vulnerables. A través de la RGS, los sobrevivientes son empoderados y equipados; compartimos nuestras experiencias los unos con los otros; y ofrecemos nuestro conocimiento especializado para informar los programas humanitarios y las políticas globales que protegerán a las personas de la violencia y que promoverán la paz y el desarrollo sostenibles.
El Consejo de Liderazgo es el órgano de liderazgo de la RGS. Nuestro propósito es desarrollar y escalar la red y sus actividades asesorando y liderando los grupos locales de sobrevivientes, proveyendo servicios de consultoría para IJM, y representando a la RGS en foros locales e internacionales. Nos unimos, como se ve en la imagen, en 2019, y hemos examinado y aprendido de muchos sobrevivientes y grupos de sobrevivientes que han trabajado por años para promover las voces y necesidades de los sobrevivientes. Los sobrevivientes somos expertos en nuestras propias experiencias, y nuestras voces inspirarán verdaderos cambios.
Nosotros, los miembros fundadores del Consejo de Liderazgo, postulamos estos seis principios para apoyar a los sobrevivientes en la incidencia de sus propias necesidades, y para guiar a los tomadores de decisiones a todo nivel para crear soluciones centradas en los sobrevivientes:
- Escuchar las experiencias vividas: cuando rompemos el silencio al compartir nuestras historias, estamos corriendo un riesgo y tomando la decisión de romper con los estigmas culturales, los dolorosos estereotipos y la retraumatización.
- Acoger la unidad en la diversidad: las voces unidas son más fuertes. Los sobrevivientes comparten un deseo de proteger a otros y de ser vistos como iguales. Pero cada uno tiene una perspectiva única, y aprenderemos de los demás. Somos un grupo global y diverso de líderes, y algunos entre nosotros elegiremos alzar nuestra voz en público mientras otros harán incidencia tras bambalinas. Invitamos a todo sobreviviente a unirse para el cambio.
- Promover las voces de los sobrevivientes en la comunidad: los temas que permanecen en silencio son difíciles de abordar. Pero cuando los temas se hablan, se convierten en un problema comunitario que requiere un verdadero compromiso hacia soluciones verdaderas. Nuestras comunidades deben ser lugares seguros para que las víctimas se recuperen y para que los sobrevivientes se conviertan en defensores. Los funcionarios locales y los líderes en el campo deben promover la resiliencia e incluirnos en los esfuerzos de construcción de comunidad.
- Entretejer las voces de los sobrevivientes dentro de las intervenciones globales: Los sobrevivientes proveen evidencia de primera mano de los problemas; no puede haber excusa para que estos problemas existan al compartir nuestro testimonio. Tenemos más que ofrecer que el dolor que expresan nuestras historias; los sobrevivientes tienen conocimiento especializado. Les pedimos a las partes interesadas que inviten nuestras contribuciones en el diseño, las metodologías, la implementación y la evaluación de programas humanitarios.
- Demandar justicia: demandamos que los agresores de delitos violentos rindan cuentas por sus acciones. Una adecuada administración de la justicia reducirá la impunidad y prevendrá la violación continua de los derechos de las personas. Nuestras instituciones tienen una obligación moral y legal de proteger a todos, particularmente a las personas que viven en las condiciones más vulnerables.
- Prestar atención a aquellos que se encuentran en los márgenes de la pandemia global: muchos están sufriendo, y todos están experimentando pérdida. Les pedimos a los líderes a todo nivel que presten atención a los márgenes de la sociedad: a las mujeres que sufren violencia en sus propios hogares, a los trabajadores migrantes y obreros que son blanco de los traficantes, a los niños y niñas que crecen en la pobreza y la pandemia. Al responder al COVID-19, los programas y planes deben ser adaptados con base en estas realidades complejas del campo, y deben incluir medidas para proteger a las personas de la violencia oportunista.